IDEAS, la Cultura en el siglo XXI, incertidumbres frente a certezas
En su inmensa obra Ideas. Historia intelectual de la humanidad Peter Watson nos indica que la actividad intelectual del ser humano a lo largo de la historia se concreta en tres ámbitos. El primero de ellos es el de la búsqueda de la verdad, un espacio en el que se desenvuelven la religión, la ciencia y la filosofía esencialmente, es la actividad que pone el foco en asuntos como la verdad, la trascendencia, el mundo y el universo con sus leyes y sus realidades. El segundo ámbito lo enmarca en la búsqueda de lo correcto y se corresponde con el derecho, la ética y la política. Libertad, democracia, justicia, normas y un sinfín más de ideas similares o contrapuestas se derivan de la actividad intelectual en estos campos. Por último el autor nos delimita un tercer espacio en el que sitúa el gusto, lo que otros llaman las artes y, en una ampliación conceptual quizás atrevida, también podríamos denominar cultura. Cuando hace ya tres años salió a la luz el Manual Atalaya de apoyo a la gestión cultural sus contenidos se centraron en aspectos más empíricos, de la gestión de instrumentos profesionales, que en aquellos otros con una carácter más dirigidos a la fundamentación y a la exploración de las bases de la cultura en el mundo actual. De la misma manera la gran mayoría de los autores procedían en diferentes grados de la práctica de la gestión y las políticas culturales o al menos de un contacto intenso con el sector. Por ello, a la hora de ampliar el manual, nos hemos planteado la necesidad de una reflexión más intensa, una reflexión que se mueva dentro de lo posible en el espacio de las ideas. Ideas que contemplen la cultura en los tres ámbitos que define Watson: primero tratar de acercarnos a las verdades que podamos extraer de la cultura o acerca de la cultura como fuente de certezas. En segundo lugar intentar comprender cuáles son o deben ser los comportamientos más correctos en una visión de la cultura desde la responsabilidad ética y social. Y por último reflexionar sobre la validez de la cultura contemporánea como ámbito estético o si por el contrario este aspecto está ya definitivamente superado y ha pasado a ser accesorio.
Para encarar estas posibles reflexiones desde ATALAYA se ha considerado que el mejor camino era escuchar una multiplicidad de voces autorizadas y reconocidas, expertas en una amplia diversidad de aspectos relacionados directamente, o al menos muy colindantes, con esto que llamamos cultura. A cada una de estas personas se les plantea una idea en torno a la cual reflexionar, meditar o simplemente exponer sus dudas y certezas. Del conjunto de todas las aportaciones esperamos obtener una aproximación al hecho cultural en este siglo XXI que por veces nos parece novedoso y por veces la repetición de errores trágicos de la pasada centuria. ATALAYA pretende iniciar una aventura intelectual para muchos a partir de las ideas que nos ofrezcan un buen puñado de los mejores especialistas en sus campos respectivos. Y siempre en torno a ese concepto tan necesario como polivalente que es la cultura.
A cada una de las personas, de indiscutible valía intelectual y profesional, nos hemos atrevido a plantear una cuestión, una pregunta o preguntas que reflejan en cierta medida las incertidumbres que a veces nos rodean en este mundo de la gestión y las políticas culturales. Les trasladamos nuestras incertidumbres con la esperanza de que nos puedan ofrecer alguna certeza. Somos conscientes de que no siempre será posible obtener una respuesta clara y unívoca pero seguro que la menos podremos obtener una guía para una reflexión más ordenada, más fructífera o mejor encaminada. Agradecemos a los protagonistas de IDEAS, la Cultura en el siglo XXI, incertidumbres frente a certezas su preciosa colaboración así como su impagable aportación.